Hablar con Rafael Soler es escuchar la voz de su poesía; escucharle es atisbar la profundidad y la música de su escritura.
Rafael Soler entró a formar parte de ¿Por qué la literatura? cuando el proyecto ya andaba y pronto se convirtió en parte fundamental, está en el proyecto con ánimo de ensancharlo, de formar parte activa. Y por ese sendero caminamos.
Nos conocimos en Argelia hace unos años, en un encuentro sobre su poesía en el que Rafael estaba rematando “No eres nadie hasta que te disparan”. Recuerdo leer sus poemas manuscritos en el Hotel Royal de Oran, cerca de donde solía escribir Camus cuando vivía en el Norte de África.
Rafael nos dice que, de alguna manera, somos la suma de los libros que hemos leído, pero que también somos la suma de los que no hemos leído. Y eso es una parte de este proyecto, llevar las ideas y la música de la literatura también a los que no los leen, entrar en esa suma y cambiarla.
Hablamos de cómo se nota quién ha leído en la manera de discurrir, por su puesto en el lenguaje que usamos, “lo que no nombras no existe”, necesitamos el lenguaje, pero también en la estructura mental y la forma de ensanchar el mundo y entenderlo con otra mirada. Esa es otra respuesta a ¿Por qué la literatura? A esta pregunta que da nombre al proyecto y que, como me dice Rafael Soler, es una pregunta con tantos meandros, con tantas respuestas, que incita a la reflexión profunda.
En su caso, recuerda como a los 12 años leía medio escondido una novela como “Sinuhé, el egipcio”, luego Salgari y Julio Verne, luego miles de mundos de todos los libros que ha leído. No es lo mismo ver una película sobre “La isla del tesoro” que leer el libro y ser el que pone el paisaje, el que imagina los olores, las caras de los personajes… el mundo, al fin y al cabo. Y eso es clave. Y si es así en una novela, qué decir de la poesía.
Y desde esa imaginación, desde esa mirada que atraviesa la lectura, la conexión con otras artes en las que se mira desde ese ángulo. Porque sin literatura no hay cine, ni canciones, ni teatro. Pero también las Bellas Artes necesitan la palabra y la narrativa, decía hace poco Miguel Zugaza, director del Museo de Bellas Artes de Bilbao, que ahora, tras la pandemia, deberíamos encontrar la narrativa de por qué es importante el arte, en una suerte de llamada a preguntarnos ¿Por qué el arte? ¿Por qué la literatura?